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Foto del escritorSilvia Resa López

¿Quién te roba la energía?

Alguien dijo alguna vez que no es tiempo lo que nos falta, sino energía; cada día parecemos someternos a un hurto constante y premeditado de esa fuerza que habitualmente nos permite vivir. Quienes cometen tal fechoría son los llamados ladrones energéticos. Desde el Coaching te invito a confrontarlos.



Hace algún tiempo, tenía un compañero de trabajo con quien mantenía una buena relación. Cuando coincidíamos en las presentaciones y eventos, charlábamos a propósito de innumerables temas, alargando desayunos y prolongando sobremesas.

Por razones de trabajo, dejamos de vernos durante un tiempo, sin saber mucho el uno del otro, a excepción de alguna que otra llamada. Volvimos a coincidir en una rueda de prensa y… algo había cambiado. Su actitud se había vuelto más crítica, pero quedándose en el bucle de la negación.


Quise creer que se trataba de un mal día para él; sin embargo, como coincidíamos de nuevo, algo resonó en mi interior. Empecé a considerar que nuestras charlas me restaban tiempo. Fue al preguntarme qué es lo que había cambiado para hacerme pensar así, cuando me di cuenta de que no era tiempo lo que me quitaba, sino energía. Por lo que fuera, se mostraba pesimista, negativo. Su actitud era ahora tóxica para mí. Era un ladrón de energía.


Ladrones conocidos


¿Preocupación u ocupación? En Coaching preferimos hablar de ocuparse en vez de preocuparse y no es sólo una cuestión de léxico, sino también de concepto, puesto que cuando nos ocupamos entramos en acción, estamos resolviendo; mientras que al preocuparnos nos situamos en el futuro, desarrollando temor a la incertidumbre.

Las preocupaciones son las principales ladronas energéticas, ya que en muchas ocasiones nos llevan a entrar en rumiación, en pensamiento recurrente. Pueden venir por parte del trabajo, de la situación económica propia o ajena, de nuestras relaciones personales o de la salud; en cualquier caso, no son las únicas que nos quitan energía. ¿Qué puedes hacer? Te propongo estar atento a los recursos del siguiente decálogo:



  • Delegar. Comprende que no eres experto en todas las materias, que no lo sabes todo. En tu rol, sea o no laboral, te invito a que dediques tiempo a planear, crear y también disfrutar de lo que te guste.

  • Descansar. Cada cierto tiempo, especialmente si estás con una ocupación laboral, tómate un descanso. Renovarás energías. Dedica a ello diariamente al menos una hora.

  • Organización. Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar resume el principio de la organización y el orden. Lo contrario, el desorden, quita mucha energía. Tener casi todo en su lugar ahorrará tiempo, a la par que aportará tranquilidad.


  • Pautas de salud. Para estar mejor, te propongo atender a tres puntos: hacer ejercicio de forma regular, cuidar la alimentación y dormir bien.

  • Alejarse de las actitudes tóxicas. Apártate de las personas que suelen quejarse y contar problemas. Rodéate de aquellas otras que te motiven a ser mejor e impulsen tu buen humor. Debes recordar que lo que para ti es una actitud tóxica puede no serlo para otro. Además, no somos nuestras conductas, es decir, la persona no es tóxica, sino su comportamiento y en algunos casos.

  • Cumplir promesas. Cuando te comprometes a algo, tomas responsabilidad sobre el hecho, sobre la acción; en el caso de que, posteriormente, te dieras cuenta de que no es lo que deseas, o que no te corresponde, te propongo que mires qué hay detrás de ese cambio de opinión.

  • Confrontación. Cuando las situaciones son difíciles podemos confrontarlas, aplicando a ello nuestra mejor actitud. Pueden ayudar mantras del estilo: “todo va según el plan previsto”, o también “todo va a salir bien”

  • Aceptación. Al aceptar, lo que hacemos es evitar la resistencia a aquellas situaciones que no se pueden cambiar; por ello, no significa resignación.

  • Perdón. Al perdonar lo hacemos sin culpa. Te propongo que contemples el perdón de la siguiente manera: “me perdono el daño que me hago a través de los demás”


Dónde están tus fugas de energía


Te invito a tomarte la siguiente acción como un juego; para ello, toma tu Diario Coaching (también vale un papel tipo folio o cuaderno) y divide la página entre tres columnas verticales.

La primera, empezando por la izquierda, encabézala con el título “(Pre) ocupaciones”; la segunda, “Quién es el ladrón”; la tercera puede titularse “Resuelvo”.

Se trata de un ejercicio que puedes realizar en cualquier momento del día. Te invito a que le pongas fecha y lo conserves, por si acaso consideras volver a echarle un vistazo.

Te propongo que te hagas las siguientes preguntas:



  1. ¿Cuáles son mis (pre)ocupaciones de hoy? Escríbelas en la columna de la izquierda. Por ejemplo: “he de hablar con mi hermana a propósito de aquello que le había prometido y que no puedo cumplir”. Anótalas sucesivamente, numerándolas.

  2. ¿Para qué me inquieto por ello? ¿qué lo convierte en preocupación? Anótalo en la primera columna, justo debajo de las ocupaciones escritas.

  3. ¿A qué ladrón de energía y tiempo corresponde? Puede darte una pista la anotación debajo de cada ocupación. Siguiendo con el ejemplo anterior, si lo que te preocupa es cómo decírselo a tu hermana, quizá sea porque temes su reacción. El ladrón de energía estaría relacionado, en este caso, con la desazón que quizá te provoque no cumplir tu promesa.

  4. Para rellenar la tercera columna, te invito a que respondas a las siguientes cuestiones: ¿qué me impide resolver esta (pre)ocupación? ¿cómo lo voy a solucionar? ¿cuándo? ¿con quién?


Una vez que hayas acabado, deja reposar texto y mente. Cuando vuelvas, te propongo que te pongas en acción. Este ejercicio puedes realizarlo cada vez que te sientas “atascado” o desbordado por sentir agobio y estrés.

Te invito a que te entrenes en liberar a tus ladrones de energía y de tiempo, poniendo la atención en qué es lo que hay detrás de tales obstáculos en tu día a día.



Y recuerda que…


  • Algunos aspectos nos roban la energía, en vez del tiempo

  • Las preocupaciones son las principales ladronas energéticas, al situarnos en el futuro y propiciar la rumiación emocional

  • El orden es una de las principales defensas frente a la pérdida de energía

  • Al aceptar evitamos la resistencia a las situaciones que no podemos cambiar

  • Frente a los déficits de energía podemos seguir pautas saludables tales como el ejercicio físico regular, una alimentación adecuada y una buena higiene del sueño

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